sábado, 23 de abril de 2011

A ONCE AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE ALEJANDRO OLMOS

24 de abril, 2011


DE ESO NO SE HABLA


Si hay un tema tabú en nuestro país, es el de la Deuda Externa. La indiferencia con la que se la trata el tema en los tres poderes de turno, no hacen más que proteger los intereses extranjeros que frente al amodorrado Estado, que debe velar por nuestros derechos, aflojan sus cadenas dándonos una falsa sensación de libertad y nos entretienen como a niños, mientras el cáncer financiero se extiende de Norte a Sur en nuestra república.
Hoy para algunos es claro, que no hacer una auditoría de la deuda es condenar a generaciones de argentinos al despojo, la miseria y el hambre, en una tierra que produce alimento para el mundo.
Pocos entendieron en nuestra corta historia democrática que el endeudamiento generado por los gobiernos de facto y los subsiguientes en plena democracia, condiciona el desarrollo de la Argentina a los intereses, mediante organismos usureros, de los países del primer mundo.
Entre esos pocos hombres de bien, que lucharon contra la corriente neoliberal, entreguista y antinacionalista, se encuentra el señor Alejandro Olmos.

¿QUIÉN FUE ALEJANDRO OLMOS?

Alejandro Olmos nace en Tucumán el 1 de mayo de 1924. A los trece años de edad, da comienzo a su carrera periodística con su programa radial en «LRA Radio Nacional». Miembro de la Unión Nacional de Estudiantes Secundarios, lleva una activa militancia contra la intromisión extranjera en la economía Nacional, ya fueran organismos de crédito o inversiones directas en sectores estratégicos.
Sus estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, se encuentran marcados por el contacto de personajes de la talla de Scalabrini Ortiz, entre otros.
Olmos apoya la «Revolución de junio» de 1943, pero mantiene diferencias con el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) del que formaba parte Juan Perón. En cambio Olmos se encontraba mas en línea con el nacionalismo de Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche. Sólo tres años pasan, antes que Olmos denuncie a la empresa que intentaba asociarse con el Estado para crear SOMISA. La denuncia la hace en base a la participación de Eximbank y la rentabilidad que se le ofrecía a la misma. Inicia acciones contra Perón, lo que lo lleva a enfrentarse y a romper relaciones hasta que, por medio de la intervención de Cooke, vuelven a acercarse.
Tras el golpe de 1955 que derroca a Perón; se proscribe el peronismo y la militancia sindical. Ese 13 de noviembre sale el primer número de «Palabra Argentina», denunciando entre otras cosas, las barbaridades del gobierno. Así Olmos, es marcado y apresado hasta el triunfo de Arturo Illia en 1963.
En 1970 funda el periódico Tercer Frente, alineado al peronismo de izquierda. En 1975 pasa a ser asesor del ministro del interior Dr. Ares, hasta el 24 de marzo de 1976, cuando comienza el llamado «Proceso de Reorganización Nacional».
El 4 de abril de 1982, presenta una querella contra José Alfredo Martínez de Hoz y otro funcionarios del gobierno militar, alegando que la contratación de la deuda externa, se había tomado de forma ilegal.
Durante 18 años, lleva la causa presentando pruebas. En el proceso también denuncia la entrega de YPF, de las privatizaciones de ENTEL y de Aerolíneas Argentinas.
Fallece el 24 de abril del 2000, sin posibilidad de saber que tres meses después, el juez federal Jorge Ballesteros terminará declarando que el endeudamiento extranjero contraído durante varios gobiernos era «ilegal, inmoral, ilegítimo y fraudulento».

MEMORIA MANCILLADA

La desatención de los gobiernos, la falta de interés de los medios y el olvido de los argentinos en general, hacen hoy que la memoria de este luchador se encuentre, por lo menos deshonrada.
Lo hizo también la pasividad del poder legislativo a lo largo de estos once años.
En marzo de 2010, Fernando «Pino» Solanas presenta un proyecto para crear una «Comisión Bicameral de Investigación de la Deuda». El Frente Para la Victoria, como era de esperarse, lo «cajonea».

No podíamos dejar pasar esta fecha, por el hecho de sentir que Alejandro Olmos forma, de alguna manera, parte de las cinco causas del Movimiento y no brindarle este pequeño homenaje sería, por lo menos, desmerecer esas causas.

JSA Mar del Plata

sábado, 16 de abril de 2011

Nuevo aniversario del asesinato de Fuentealba.

Otro aniversario de una «justicia agridulce»



El Martes 5 del corriente mes, se cumple un nuevo aniversario en el que el siniestro sistema represivo argentino agrega un nuevo compañero a su lista negra.
Lista extensa si las hay. Tristemente extensa, por la que pasaron Maximiliano Kosteki, Darío Santillán, y que continúa su ensanche con Mario López en Formosa, entre otros.

Fue por allá en 2007, cuando el sindicato docente Asociación de Trabajadores de la Educación del Neuquén (ATEN) se convoca a huelga y decide hacer un corte en la ruta 22 a la altura de Arroyito (54 km al sur de la ciudad de Neuquén).
Jorge Sobisch, gobernador de la provincia y candidato presidencial en ese momento, da la orden a la policía provincial para que se libere la ruta. Ruta que aún, cabe aclarar, siquiera llegaron a cortar. Empezaron las primeras balas de goma y gases lacrimógenos. Bien de manual el asunto.
Se llega a común acuerdo entre los dirigentes sindicales y la policía para que no se siga reprimiendo y es así, bajo este nuevo panorama que los manifestantes se retiran en grupos hacia la ciudad de Senillosa. A las palabras se las lleva el viento, y eso es lo que sucedió en Neuquén ese 5 de abril.
La policía retoma su accionar represivo y se lleva la vida de Fuentealba.
Se la lleva de manera cobarde. Lo fusilan por la espalda cuando se retiraba del lugar a bordo de un Fiat 147.

Quien lo fusila tiene nombre y apellido. José Darío Poblete. Cabo primero, o por lo menos lo era, porque fue condenado por el asesinato de Fuentealba a prisión perpetua y la inhabilitación perpetua y absoluta para ejercer cualquier cargo público.
¿Historia con final feliz?. Ni por asomo.
Los autores intelectuales y políticos de este asesinato siguen libres. Libres y sin cargo de conciencia.

La causa Fuentealba II

Además de la causa que se le abre a Poblete, llamada «Fuentealba I». Se abre otra denominada «Fuentealba II» en la que se investigan responsabilidades en los niveles superiores policiales y políticos.
Cajoneada por el oficialismo en aquel entonces y luego de 4 años de lucha llenos de obstáculos, hoy parece querer definirse.

Fuentealba no fue un caso aislado de la brutalidad con que actúa, en algunas circunstancias, la policía. Pero sí fue un caso resonante para la sociedad, por el modo en que se dan los hechos y por la calidad de persona que se llevan. Uno más de la lista, pero seguramente no el último.

Después de todo, dicen que éste «es un país tartamudo».

 
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